Bienestar en animales de granja: una revisión
Observatorio Distrital de Protección y Bienestar Animal
Tradicionalmente la producción de animales en granjas ha predominado a pequeña y mediana escala, sin embargo, con el paso de los años, estos sistemas se han transformado a modelos intensivos con el advenimiento de diversos cambios, entre ellos, el confinamiento de animales en áreas controladas con espacios reducidos y la no dependencia de mano de obra familiar. Se han reportado tasas de mortalidad y morbilidad neonatal entre 10 a 25% en predios, donde las prácticas en bienestar animal son deficientes. Las prácticas de bienestar animal deben ser tenidas en cuenta en toda la cadena productiva, desde la producción primaria hasta el final de la cadena. El bienestar animal en las granjas depende de los siguientes factores: manejo, instalaciones, clima y movilización. El efecto de estos factores sobre el bienestar animal se puede ver reflejado en el desempeño productivo, reproductivo, retraso en el crecimiento, manifestaciones anormales del ciclo estral, problemas en la fecundación, disminución en la producción de leche y menor ganancia de peso. Una estrategia para mejorar el bienestar animal en la granja es educar a los animales, es decir, repetir ciertas rutinas diarias para que los animales aprendan y se adapten a esas rutinas. La aplicación de buenas prácticas de manejo no solo debe tener como objetivo mejorar el bienestar animal durante las rutinas de las granjas en su quehacer diario, sino reducir las pérdidas económicas y reducir el estrés, favoreciendo indirectamente así, a la armonía de los operarios y los manejadores de las granjas.